lunes, 2 de abril de 2012

La de las "tetas gordas" y los "morritos" de la Pajín.

No deja de llamarme la atención las diferentes varas de medir que pueden verse en la política. Vemos que según quien haga o diga las cosas son tratadas de una forma u otra.

En los últimos días, la agitación política ha estado en todos los platos de todas las mesas. Entre recortes, ajustes, elecciones, huelgas, etc. hemos visto como siempre había tema político del que hablar.

Pero hay algunos detalles que me gustaría comentar si perjuicio de que puedieran haber más en un sentido o en el otro.

Si, ya sé que por lo que voy a decir me vais a tachar de “pepero”, cosa que no voy a discutir como no discutí en un pasado algo más o menos lejano cuando llevaba en mi pecho un anagrama del PSOE y repartía cartas de la U.G.T. a domicilio y me llamaban “rojo” u otras lindezas en las primeras asambleas locales de mi pueblo.

Pronto vi que la política no era mi fuerte pero si que podía opinar desde fuera. He votado al PSOE, a U.V. al P.P. y no diré por quien he votado en las últimas elecciones. Por eso cuando opino lo hago con mi razón de que he estado viendo como se desarrollaban ciertas tendencias.

Al PSOE dejé de votarlo cuando vi que se arrimaba demasiado a la opción catalanista y los rodillos se empleaban con toda la fuerza para imponer sus mayorías donde gobernaba igual que sus dirigentes, tachados entonces de “nuevos ricos” hacía de su capa un sayo y veíamos a los “roldanes” y compañía como empleaban el dinero que manejaban en juergas personales.

A U.V. no fui solo yo quien dejó de votarla. Como bien sabéis fuimos muchos que creímos que sería una fuerza verdaderamente valenciana que se difuminó en luchas internas que acabaron por desaparecer entre un valencianismo extremista que no cuadra con el sentir popular en Valencia, igual que no cuadra un catalanismo extremista que ofrecen alguna otra fuerza política. No nos gusta el valencianismo excluyente ni el catalanismo excluyente. A la vista de los resultados electorales está el asunto.

Y al P.P. lo considero un partido acomplejado que aún no es capaz de decirle a la sociedad que la política de derechas actual no es la misma política de derechas dictatorial de Franco y ahora son capaces de gobernar en democracia. Además de que son incapaces de derogar algo tan antinatural en Valencia como es la A.V.L. que cuesta mucho dinero y no vale para nada. La realidad lingüística valenciana no responde a las intenciones de esta asociación creada, precisamente, por Zaplana en connivencia con Jordi Pujol.

Pocas opciones nos quedan.

Esta introducción es para comentar un tema que he visto estos días y que me ha llamado la atención:

  1. La izquierda y las feministas te montan un numerito mediático cuando el alcalde de Valladolid habla de “los morritos de la Pajín” poniendo el grito en el cielo y llamándole de todo pero no dicen nada cuando Valderas, el líder andaluz de I. U. habla de “las tetas gordas” a una compañera de parlamento. Ahí no pasa nada.
  2. Esta misma izquierda se rie y se burla de los trajes de Camps, de Gurtel, de Emarsa y compañía, pero calla (e incluso los defiende) en temas como los ERES de Andalucia, el caso Campeón de Galicia.
  3. En Valencia se critica el aeropuerto de Castellón pero no se dice nada del de Ciudad Real. Ya sabemos quien gobierna en la provincia hermana del Norte y quien ha gobernado hasta ahora en Castilla-La Mancha.
  4. Se critica el despilfarro de la Comunidad Valenciana y no se habla del despilfarro del Gobierno Central ni del de Cataluña. Aquí la izquierda no dice nada.
 Ciertamente veo diferentes varas de medir. Y esto son solo algunos ejemplos. Hay más.

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